domingo, 24 de mayo de 2015

La violencia de género tambien la sufren los hijos

Durante años se ha investigado sobre las consecuencias y el daño que produce en las mujeres la violencia de género, pero no es hasta hace unos años cuando empezaron a desarrollarse estudios sobre los efectos que este tipo de violencia podría tener también sobre los/as hijos/as.
En los hogares donde existe violencia de género se repiten a diario una gran variedad de comportamientos abusivos por parte del maltratador hacia su pareja, tales como: abuso emocional, acoso, amenazas, violencia sexual, agresiones físicas e incluso el peor de los finales, el asesinato. Pero no sólo las mujeres están expuestas y sufren estas vejaciones, los/as niños/as que viven en esos hogares están expuestos también a ese tipo de violencia de varias formas: siendo testigos visuales o auditivos, observando los efectos en la madre víctima, como contusiones y heridas, o en el hogar, ya que pueden provocar desorden, agujeros en las paredes y puertas. Sin sumar además que estos/as niños/as también pueden verse influidos por la afectación psicológica de esa violencia en su madre.
Investigar por tanto, y conocer la realidad de estos/as menores es muy importante, ya que se estima que estos/as niños/as tienen entre dos y cuatro veces más posibilidades de exhibir problemas de comportamiento clínicamente significativos, comparado con otros/as menores, por lo que es de suma importancia la necesidad de realizar programas de intervención y tratamiento específicos, no sólo para sus madres, sino también para ellos/as.
Como resultados más significativos extraídos de las entrevistas con las madres y del instrumento que se les pasó, encontramos los siguientes:
  • El 100% de los/as menores habían sufrido o sufrían en el momento actual, irritabilidad y trastornos de la conducta alimentaria.
  • El 87.5% habían tenido o tenían trastornos del sueño.
  • El 75% tienen problemas de concentración y aislamiento.
  • El 62.5% se mostraban miedosos, ansiosos y/o tristes, además de mostrar respuestas exageradas a estímulos.
  • El 50% mostraban indiferencia hacia los sentimientos de la madre, constricción emocional y evitaban realizar actividades que les recordara a situaciones negativas vividas.
  • En menor medida con un 37,5% los/as niños/as tienen conductas de hipervigilancia y con un 12,5% han disminuido su interés por actividades que antes les resultaban positivas.
Por tanto y a partir de los resultados obtenidos se concluye a modo general que al hablar de menores que han sufrido Violencia de Género, hablamos de niños/as que entre otras cosas, muestran trastornos del sueño a modo de pesadillas, terrores nocturnos y miedo a la oscuridad; trastornos de la conducta alimentaria con falta de apetito. Presentan conductas de hipervigilancia, se muestran indiferentes cuando las madres están agobiadas, en cambio sienten miedo cuando éstas están enfermas. Algunos/as de ellos/as buscan la soledad y apenas hablan de sus sentimientos con las madres, tienen dificultades en la concentración e irritabilidad que se traduce sobre todo en agresividad verbal.
Además de todo esto, también se desprendió de las entrevistas con las madres, que algunos/as de los/as niños/as presentan conductas y pensamientos machistas.
Por todo ello, creemos que es de suma importancia que se pongan en marcha recursos de atención específicos, atendidos por profesionales especializados en el tema. Siendo además esta intervención una manera no sólo de disminuir los efectos que la Violencia de Género deja sobre ellos/as, sino también como un instrumento para frenar una posible transmisión transgeneracional de este tipo de violencia.

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